¿Por qué las elecciones presidenciales de Chile son tan importantes para la desalación en Latinoamérica?

Candidatos presidenciales chilenos

La recta final de las elecciones presidenciales chilenas, programadas para los días 16 de noviembre (primera vuelta) y 14 de diciembre (segunda), son relevantes para el mercado latinoamericano del agua por su liderazgo regional en el rubro de la desalación. El resultado definirá la gestión hídrica nacional y también se espera que influya en la curva de crecimiento de la industria en toda la región, dado el peso estratégico de Chile y su sector minero en el ecosistema hídrico latinoamericano.

Afortunadamente existe un consenso transversal en la clase política chilena sobre la crisis hídrica —agravada por la sequía estructural— que exige la adopción de nuevas fuentes de agua. La desalinización ha dejado de ser una aplicación especializada para la minería y se ha consolidado como una solución de infraestructura esencial e irremplazable. Ejemplo de ello es Antofagasta, la primera ciudad de Latinoamérica con más de 500.000 habitantes en ser abastecida en su totalidad con agua desalada. Este hito ha establecido un punto de no retorno en la planificación nacional y la ubica a la tecnología por encima de las divergencias ideológicas.

Según la última encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) del 27 de octubre, la carrera electoral se presenta ajustada, con Jeannette Jara y José Antonio Kast en un empate técnico en primera vuelta, ambos con un 23 % de las preferencias. Le sigue Evelyn Matthei con un 13 %, Parisi (8 %), Kaiser (6 %), Mayne-Nicholls (2 %), Enríquez Ominami (2 %) y Artés con un 0 %. Las propuestas de los principales candidatos, aunque desde ópticas distintas, convergen en la necesidad de impulsar de forma acelerada esta tecnología.

Evelyn Matthei, representante de Chile Vamos, concentra su propuesta en la planificación de largo plazo y la gobernanza integrada. Su estrategia contempla la creación de un ambicioso Plan Nacional de Desalación y Embalses, proporcionando una hoja de ruta predecible que es esencial para atraer inversión a gran escala. Adicionalmente, aborda la necesidad de modernizar la Dirección General de Aguas (DGA) y de agilizar los permisos sectoriales , lo que reduciría el riesgo operativo y aumentaría la atracción de capital internacional. Por su parte, la candidata comunista, Jeannette Jara, ha enfocado su discurso en la aceleración ejecutiva y la priorización de proyectos multipropósito que prioricen el consumo humano.

Finalmente, la campaña de José Antonio Kast, cuyo enfoque programático se dirige a la libertad económica y la minimización de la intervención estatal, promueve un impulso mediante la desregulación. Su promesa de "desmantelar la permisología" e implementar fuerzas de tarea dedicadas a la simplificación administrativa posee implicaciones directas para el desarrollo expedito de la desalinización. Para los analistas, la desburocratización de los procesos de inversión y la reducción de las trabas regulatorias, especialmente en la fase de línea base ambiental y en la obtención de concesiones marítimas, constituyen el mayor catalizador para la inversión privada. Un entorno con mayor certeza jurídica y menor fricción administrativa es un factor determinante para el capital extranjero.

A pesar de este panorama político favorable, la efectiva consecución del éxito en la provisión de agua está condicionada a la necesidad de reformas estructurales para acortar sustancialmente los plazos burocráticos y regulatorios. El desafío fundamental que enfrenta Chile no es de índole tecnológica, dado que la tecnología de ósmosis inversa está probada a nivel global; el desafío es primariamente de naturaleza burocrática y administrativa. Los periodos requeridos para la obtención de la totalidad de los permisos y concesiones, desde el inicio de los estudios de prefactibilidad hasta la aprobación final, se extienden habitualmente a cinco, siete o incluso diez años.

El experto en desalación chileno Patricio Martiz, expresó que sus expectativas son altas porque considera que la candidatura más probable (Kast) busca destrabar proyectos. “Actualmente a través de oficios y resoluciones de los servicios (es decir actos de la autoridad sectorial sin pasar por ley) se están imponiendo trabas o mayores exigencias que la propia ley y eso retarda los proyectos, exigen mayores inversiones, nuevos estudios o imponen obligaciones en la operación, eso es muy probable que se cambie y se haga más expedito los procesos ambientales".

La próxima administración gubernamental, con independencia de su orientación política, tiene el deber inexcusable de emprender reformas estructurales y coordinadas que permitan acortar sustancialmente estos plazos. Esto implica la implementación de la digitalización de trámites, el uso de procesos de evaluación paralelos en lugar de secuenciales, y la asignación de equipos especializados para el seguimiento de proyectos hídricos declarados de interés nacional. Es imprescindible que la solución de la desalación sea adoptada dentro de los periodos que demanda la situación de crisis del país, y no según la cadencia que impone el aparato burocrático actual.

Las elecciones chilenas son cruciales no por una potencial divergencia en el reconocimiento de la desalación, sino por la urgencia de implementar la solución y de mantener la confianza de los inversionistas. El ganador deberá enfrentar el mayor cuello de botella que está la simplificación administrativa y la celeridad de la tramitación. El mercado latinoamericano observa atento, pues una aceleración exitosa en Chile validaría modelos regulatorios que podrían replicarse y servirían para cimentar la curva de crecimiento regional impulsada por el sector minero.

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Desalinización 'Brine Positive'