PTAR El Salitre de Bogotá y su adecuación para el reúso

PTAR El Salitre, imagen de Aqualia

Bogotá, una de las grandes metrópolis de América Latina, está trata de dar pasos decisivos hacia la seguridad hídrica y la sostenibilidad ambiental a través de la optimización y el futuro reúso de las aguas residuales tratadas en la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) El Salitre. Este megaproyecto, que ha marcado un hito en el saneamiento del Río Bogotá, se perfila ahora como una fuente de recurso hídrico para usos no potables, en un contexto de crecientes desafíos climáticos y de escasez.

La PTAR El Salitre, ubicada en el noroccidente de la capital colombiana, fue entregada oficialmente a la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) en diciembre de 2023, tras un ambicioso proceso de ampliación y optimización. Considerada una de las infraestructuras de saneamiento más grandes de Sudamérica, la planta ha pasado de tratar 4 metros cúbicos por segundo a una capacidad de 7,1 metros cúbicos por segundo, manejando aproximadamente el 30% de las aguas residuales de la ciudad. Este proyecto, con una inversión de 1.6 billones de pesos colombianos y financiado en parte con un préstamo del Banco Mundial, es fundamental para la recuperación ambiental del Río Bogotá, buscando reducir los olores y mejorar la calidad del agua para usos agrícolas y pecuarios.

Más allá del saneamiento, la visión de Bogotá se extiende hacia la economía circular del agua. En marzo de 2025, la EAAB radicó ante la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) una solicitud de concesión para el aprovechamiento de agua residual tratada de la PTAR El Salitre. El objetivo inicial de este "primer piloto" es integrar 77 litros por segundo de agua tratada al ciclo productivo, un volumen que equivale al consumo diario de un municipio de 55.000 habitantes. Esta agua, que actualmente se descarga en el Río Bogotá (cuyo caudal es de 5.500 litros por segundo), se destinará a actividades industriales que no requieren agua potable, como procesos de enfriamiento o la producción de materiales de construcción.

Sin embargo, el camino hacia el reúso no está exento de desafíos. Recientemente, se ha informado que la PTAR El Salitre, junto con el proyecto de la futura PTAR Canoas, podría enfrentar problemas con los nuevos lineamientos ambientales propuestos por el gobierno nacional. La gerente del Acueducto ha confirmado que estas directrices podrían representar riesgos para el tratamiento de aguas residuales en la ciudad, lo que ha generado preocupación y la solicitud de la Procuraduría de evaluar exhaustivamente estos posibles impactos. A pesar de estos obstáculos, la puesta en operación de la primera fase de la planta de deshidratación de biosólidos en El Salitre, capaz de manejar 50 toneladas de biosólidos, demuestra el compromiso continuo con la sostenibilidad y la gestión integral de los subproductos del tratamiento.

El proyecto El Salitre es un claro ejemplo de cómo la infraestructura de saneamiento puede evolucionar para convertirse en una fuente estratégica de recursos hídricos. La ambición de Bogotá de reutilizar sus aguas tratadas posiciona a la ciudad a la vanguardia de las tendencias en gestión hídrica en América Latina, sentando un precedente para otras urbes que buscan soluciones innovadoras frente a la escasez y el cambio climático. La coordinación entre las autoridades y la adaptación a los marcos regulatorios serán clave para que este valioso recurso pueda integrarse plenamente al ciclo productivo de la ciudad.

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