Gestión hídrica en la agricultura latinoamericana
Entrevista exclusiva con Patricio Trebilcock, Director de Redagrícola revela desafíos y soluciones para la gestión del agua en el agro
Patricio Trebilcock “El principal desafío es la escasez hídrica”
La agricultura, motor vital de la economía y pilar de la seguridad alimentaria en Latinoamérica, enfrenta uno de sus mayores desafíos en la escasez hídrica. La optimización del uso del agua se ha vuelto prioridad y una cuestión de supervivencia para el sector. Para profundizar en este tema, El Acuífero conversó con Patricio Trebilcock Kelly, director de Redagrícola, una voz autorizada que ha documentado la evolución del agro en la región desde 1999.
Redagrícola, que nació como una revista enfocada 100% en el riego, ha sido testigo de la transformación de las prácticas agrícolas, pasando de enfoques tradicionales a la adopción de tecnologías de vanguardia. Trebilcock subraya que el desafío principal es la falta de agua, que se manifiesta en acuíferos más lejanos, menos nieve en la cordillera y una peor calidad del recurso. Frente a esta realidad, la tecnificación, la innovación y una adaptación cultural se vuelven pilares fundamentales para garantizar la sostenibilidad del campo.
En esta conversación, el director de Redagrícola detalla las tecnologías que están ganando terreno, como los sistemas de riego tecnificado y la telemetría, y además reflexiona sobre la importancia de la educación y el rol de las políticas públicas. La Ley de Riego de Chile, por ejemplo, se presenta como un modelo exitoso de subsidio a la tecnificación que ha demostrado ser rentable para el Estado y beneficioso para los agricultores. Sin embargo, también señala barreras importantes, como la sobreoferta de tecnologías y la resistencia cultural a confiar en que menos agua puede generar la misma producción.
El siguiente es el extracto completo de nuestra entrevista, donde Patricio Trebilcock nos ofrece una visión integral y matizada del presente y futuro de la gestión hídrica en la agricultura.
1. La agricultura es uno de los mayores consumidores de agua a nivel global. ¿Cuáles consideras que son los principales desafíos que enfrenta el sector agrícola latinoamericano en relación con la escasez hídrica y cómo están las empresas y productores adoptando nuevas tecnologías para hacerle frente? ¿Podrías compartir ejemplos concretos de innovaciones que estén marcando la diferencia?
El principal desafío es, obviamente, la escasez hídrica. Hay menos agua a todo nivel: acuíferos más lejanos y menos nieve en la cordillera, en el caso de Chile, además de una peor calidad del agua. Un tema clave es el uso del riego tecnificado, que sigue creciendo tanto a nivel de goteros como de pivotes. En zonas con mala calidad de agua, crece el uso de plantas potabilizadoras (osmosis inversa) para mejorarla.
También crece mucho el uso de instrumentos de medición, programación y control del riego. Esto incluye el uso de sondas para medir el estado hídrico del suelo y dendrómetros para medir el estado hídrico de la planta. La telemetría, que envía estos datos de los sensores a un sistema de control, es lo que más crece. Los agricultores toman sus decisiones y ajustan el riego basándose en la información que proporcionan los sensores. Aunque el uso de tecnologías digitales, como imágenes satelitales, es interesante, a menudo choca con la necesidad de un hardware confiable que garantice que la información llegue desde el campo a un centro de control en situaciones geográficas complejas.
2. Redagrícola se ha consolidado como una fuente fundamental de información y conocimiento para el agro. ¿Cómo contribuye la divulgación de prácticas sostenibles y el manejo eficiente del agua, a través de sus publicaciones y conferencias, a la adaptación del sector frente a la sequía y la optimización de los recursos hídricos?
A nivel del agua, hemos trabajado toda la vida. Nuestro origen se remonta a 1999 con una revista llamada Chile Riego. Cuando solo nos dedicábamos al riego, nos enfocábamos 100% en el agua, escribiendo sobre tecnificación, monitoreo y control del riego. También abordábamos temas extraprediales como las organizaciones de usuarios del agua y la distribución del agua en la cuenca, desde la cordillera hasta los goteros.
Hoy, Redagrícola está más cercana a la producción frutícola y se enfoca más en el agua como insumo para el cultivo, tratando temas como riego, calidad del agua y osmosis inversa. Dedicamos un poco menos de tiempo a temas como las leyes que rigen el agua, aunque consideramos que son importantísimos.
3. Desde tu perspectiva, ¿qué papel juegan las políticas públicas en la promoción de un uso más eficiente del agua en la agricultura? ¿Existen modelos exitosos de colaboración entre el sector público y privado en Latinoamérica que estén impulsando soluciones innovadoras para la gestión hídrica?
En Chile existe la Ley de Riego, que data de los años 80. Es un subsidio a la tecnificación donde el Estado destina millones de dólares concursables para este fin. Los agricultores presentan sus proyectos de tecnificación, y el Estado subsidia una parte del costo. El sistema tiene mecanismos para apoyar a los agricultores más pequeños o con menos recursos con un subsidio mayor, mientras que los agricultores más grandes reciben un porcentaje más bajo.
Hay estudios que demuestran que, con la producción que genera este incentivo, el total del fondo subsidiado se recupera con creces, lo que hace de este esquema un modelo muy exitoso.
4. Ante un escenario de cambio climático y una creciente demanda de alimentos, ¿cómo visualizas el futuro de la agricultura en la región en términos de sustentabilidad hídrica? ¿Qué cambios estructurales o culturales son necesarios para asegurar la viabilidad a largo plazo del sector?
De entrada, el agro se mueve hacia donde hay agua, desplazándose con el cambio climático. En Chile, por ejemplo, el agro se ha movido un poco hacia el sur, donde hay más agua. Esto demuestra que la disponibilidad de agua marcará el futuro de los proyectos agrícolas.
En cuanto a los cambios culturales, la gente sigue sobreregando en todo el mundo, incluso en climas desérticos. Confiar en que se pueden lograr las mismas producciones con menos agua es un tema cultural muy difícil de ajustar. Sin embargo, en Chile se está logrando producir mucho menos agua por hectárea o por tonelada que hace 10 o 15 años. Otro cambio cultural necesario es invertir en tecnología, en reservorios y en el cuidado del agua.
5. A menudo, la implementación de nuevas tecnologías y prácticas requiere un cambio de mentalidad y una inversión inicial. ¿Cómo perciben los agricultores la necesidad de adaptar sus métodos de riego y gestión del agua? ¿Cuáles son las principales barreras que impiden una adopción más generalizada de soluciones eficientes, y cómo se pueden superar?
Creo que tanto en Chile como en Perú, los agricultores están bastante avanzados en la inversión en métodos de riego y gestión del agua. Sin embargo, la principal barrera es la educación y la capacitación. Creo que hay mucha oferta de tecnologías, especialmente en monitoreo y control, lo que puede confundir a los agricultores. Hay muchos sistemas, sensores y softwares que prometen resultados, lo que genera un "mareo" entre los productores.
Los agricultores necesitan sistemas más simples para tomar decisiones más acertadas. Me da la sensación de que hay una gran oferta con muchos actores y diferente calidad, y los agricultores no quieren tener 20 proveedores distintos. Necesitan un proveedor confiable y más unificado que les solucione todo el problema.